viernes, 27 de agosto de 2010

Nunca fuimos a Katmandú, de Lola Mariné

¡Hola, amigos!
La primera novela publicada de nuestra querida amiga, Lola Mariné, está a punto de aterrizar en los escaparates de las librerías. Se trata de Nunca fuimos a Katmandú, una obra por la que ha apostado la editorial Viceversa, nada más ni nada menos.

Todos los que habéis seguido a Lola a través de su magnífico blog Gatos por los tejados (y si no es así, os recomiendo que lo hagáis), conocéis de primera mano el proceso que la ha llevado a pasar de la clandestinidad literaria a estar entre las grandes novedades de la temporada. Hace poco más de un año, Lola fue fichada por la agencia Sandra Bruna, y ahora, los que la admiramos, respetamos y seguimos, deseamos que tenga mucho éxito en esta nueva aventura que empieza.
¡Compartimos tu emoción, Lola!, ¡mucha suerte, amiga!

Así que ya sabéis, Nunca fuimos a Katmandú, de Lola Mariné, a partir del 23 de septiembre en las librerías de toda España. ¡No nos falléis!

SINOPSIS

Laura está separada y vive con su hija adolescente, se encuentra en un momento crítico de su vida y no es feliz, pero no sabe cómo ponerle remedio; Elena es su más íntima amiga desde la infancia y su contrapunto: mujer fuerte y vehemente, se pone al mundo por montera; Gloria no tiene nada en común con ninguna de las dos: es superficial y esclava de las apariencias, no obstante, las tres, acabarán siendo grandes amigas. También Teresa, una mujer humilde y trabajadora dispuesta a todo para hacer realidad el sueño de su hija, y Ruth, una jovencita idealista y rebelde, forman parte de este mosaico de mujeres de hoy, independientes y urbanas que viven y trabajan en la Barcelona actual y que, como cualquiera de nosotros, luchan día a día por ser razonablemente felices.

Sobre la autora...

Lola Mariné
(Barcelona, Spain)
Nací en Barcelona, pronto me trasladé a Madrid para cumplir mi sueño de ser actriz. Viví con intensidad la “movida madrileña” y sobreviví en el mundo del teatro y el doblaje durante veinte años, después regresé a Barcelona y me licencié en Psicología. Un reencuentro con amigas de la infancia me hizo recordar que en el colegio yo era "la escritora", y fue así como comprendí que mi verdadera pasión era escribir, y que a eso quería dedicar el resto de mi vida.

Para saber más....

Blog oficial de la novela: Nunca fuimos a Katmandú.

Página de la novela en la web oficial de la editorial Viceversa (donde se puede leer el primer capítulo)

sábado, 21 de agosto de 2010

Cuenta atrás

Mi esposa Marta sale de cuentas la semana que viene.
Estos últimos días se ha encontrado muy molesta, sobre todo por las noches, y a pesar de eso, la veo más guapa que nunca. Tiene ese resplandor especial y sutil que rodea a las mujeres embarazadas, algo difícil de explicar.
El viaje que iniciamos juntos allá por diciembre ha sido muy hermoso; y como todos los viajes que se precien nos ha producido ilusión y también miedo. Pero ahora que toca a su fin, creo que ambos sentimos una difusa añoranza, una pizca de melancolía.
El haber sentido el tacto de nuestro hijo a través de la piel de la barriga de Marta ha sido y es uno de los hechos más bellos que hemos vivido nunca. Su barriga, que ha ido creciendo poco a poco, afianzó nuestra seguridad y alejó los temores primerizos. A poco que lo medite, creo que el embarazo es una especie de catarsis, algo tan desproporcionadamente universal que entronca directamente con la raíz de las emociones, con los cultos más antiguos, con las creencias más recónditas y viscerales. Descoloca lo que eres, desplaza lo que fuiste o lo que creíste ser; te llena de dudas y promesas, te hace, en definitiva, mirar hacia atrás y hacia delante, pensar en tus padres, en tus abuelos, y en tu infancia. Te hace comprender.
Es, también, una inmensa alegría que no puede describirse con palabras, un sentimiento puro de lo nuevo y verdadero que está por llegar. Contamos además con la suerte de vernos arropados por mis padres, por mis suegros y por mi hermano y su mujer, Cecilia. Todos cargados de una ilusión desbordante, contagiosa.
El siguiente paso, donde madre e hijo serán protagonistas absolutos, es un viaje en sí mismo, cargado de emociones y temores, pero estoy seguro de que, cuando volvamos a casa, los tres juntos, habremos empezado una nueva vida.
Una vida maravillosa.

domingo, 15 de agosto de 2010

¡¡PRIMER ANIVERSARIO!!

Pues sí, ¡¡ya ha pasado un año!!
¿¿¿Y cómo me metí en este lío???


Recuerdo que acababa de terminar el borrador de mi último manuscrito, estaba en pleno verano y no tenía ganas de empezar una nueva historia. Y, aunque quería desconectar, seguía teniendo ganas de escribir.
Como asiduo a foros y a algunos blogs, me gustaba comentar en ellos, pero el cuerpo me pedía tener mi propio espacio; un lugar donde, en cierto modo, yo pudiera imponer mi propio ritmo y expresar mis inquietudes… aunque debo confesar que la falta de habilidad para los temas informáticos lastraba mi predisposición a crear un blog.
Por aquel entonces, Antonio Lois, el coordinador de la tertulia El Escarabajo Palabrero a la que yo asistía, me informó de la presentación de un libro: El ocaso de las siete colinas, de Patrick Ericson. La novela la presentaba su amigo Jerónimo Tristante en la librería Bertrand de Cartagena. Así fue cómo conocí a Patrick, a finales de julio, en un día de sofocante calor que se alivió con unas cervecitas y una entretenida charla. Por esos avatares del destino, una compañera de la tertulia, María N. Arteaga, me comentó que tenía un blog: “Un pasillo encerado” y me animó a crear el mío. “Es muy fácil”, me dijo sonriendo.
Días más tarde, empecé a trastear en Blogger… y así empezó todo.

27.500 visitas, más de 2.100 comentarios, 68 seguidores… todo ello repartido a lo largo de 67 entradas, de las cuales las más comentadas fueron: La generación del XXI y la reseña de Martín Eden. Durante algunos meses, El alma impresa estuvo en mitad del ranking de literatura de Wikio, ocupando las plazas 47, 49 y 50 (de un total de 250), y su máxima posición en el general fue la 2.590 (Wikio tiene indexados más de 150 mil blogs).

Pero dejando a un lado los datos, lo más hermoso de todo es que este lugar del ciberespacio me ha permitido conoceros, conocer vuestros blogs y páginas, vuestros manuscritos, vuestros libros... compartir inquietudes y reflexiones, debates, noticias y muchísimas cosas que me han enriquecido como escritor y como persona. El alma impresa, al igual que un libro, dejó de pertenecerme desde que vio la luz, y, ahora, vosotros poseéis un pedacito de ella cada uno.

Mucha gente comenta que esto de los blogs es como una ventanita a la que asomarse al mundo, y es cierto, pero en mi caso quiero creer que sucede lo contrario: que vosotros queridas amigas y amigos sois los que os asomáis a la ventana de este humilde blog, o directamente, abrís la puerta y os metéis dentro.
Os acomodáis en mi pequeño mundo, y estáis realmente a gusto en él.
Y eso me hace muy feliz.

Un abrazo y mil gracias.
Sergio

domingo, 8 de agosto de 2010

Un blog que empieza


El otro día, posteando en Prosófagos conocí a una compañera que acababa de iniciarse en este mundo de los blogs. Podéis encontrarla virtualmente con el nick de Noachan, aunque su nombre verdadero es Raquel Cruz.
Y a punto de celebrar el primer aniversario de El alma impresa me pareció bonito daros a conocer su blog: "Diario de una novel", un blog que empieza. En su primera entrada (3 de julio de 2010), Raquel se definió como: “Una aficionada a la escritura que está luchando por merecerse la condición de escritora. Es dura la batalla a la que me enfrento con ilusión y por esa misma razón os garantizo que la emoción está servida.”
Muchos de nosotros compartimos con ella esa mezcla de cariño, tesón, quebraderos de cabeza y satisfacciones que nos da la literatura… Sea pues esta entrada un soplo de aire para sus velas recién arriadas. Un pequeño soplo, desde este lugar humilde, pero lleno de cariño.
¡Mucha suerte, Raquel!

domingo, 1 de agosto de 2010

Carta de un escritor novel a Pérez-Reverte

Al igual que muchos de vosotros he leído el artículo de Arturo Pérez Reverte publicado en el XL Semanal, titulado Carta a un joven escritor (I),
En líneas generales me gustó mucho, no obstante hay algunos puntos en los que no estoy de acuerdo. Para explicarlos voy a remitirme al artículo anterior. De hecho, la Carta a un joven escritor empieza así: "Pues sí, joven colega. Chico o chica. Pensaba en ti mientras tecleaba el artículo de la semana pasada."
El artículo al que se refiere es:
CARTAS DE DOBLE FILO.

Y he aquí mi respuesta al mismo:



Carta de un escritor novel a Pérez Reverte:

Estimado coterráneo, soy un escritor novel y aunque sé que no leerá esta carta por falta de tiempo y porque seguramente ni siquiera conocerá este humilde sitio del ciberespacio, me permito el lujo de responderle con la misma esperanza con la que un náufrago tiraría un mensaje en una botella al mar embravecido que rodea su isla desierta.
Vaya por delante que soy admirador suyo, que he leído muchos de sus libros, y que sigo con razonable asiduidad los artículos de Patente de Corso en el XL Semanal. Y no, no se preocupe, que esta carta no terminará como el Rosario de la Aurora, y que, tras ella, volveré a leer sus libros cuando me apetezca porque me gustan sus personajes, me gusta esa melancolía que destilan y esa visión del mundo donde todo está perdido y solo resta vivir tirando para adelante como mejor se pueda. Dicho esto, quisiera comentarle que no creo que usted se encuentre en una atalaya de soberbia, ni que deba convertirse en el salvador de los escritores noveles, y que, por supuesto, sería material y humanamente imposible que pudiera leer todo lo que le envían y no ha solicitado. También vaya por delante que jamás se me ocurriría mandarle uno de mis manuscritos.
Ahora bien, aunque le he dicho que no creo que se encuentre en una atalaya de soberbia, si me gustaría hacerle ver que, quizá, esté viviendo en otro mundo.
Pienso que los despechos de mis colegas noveles a los que alude tan duramente en la carta, son, sencillamente, un rasgo propio de la inmadurez del artista en ciernes, algo parecido al amante joven que cae en las redes del amor por vez primera y lanza fuego por los ojos. Eso no justifica que le insulten, ni que le deseen la peor de las muertes, claro está, pero, señor Reverte, a estas alturas del partido, con tantas cicatrices a cuestas, tantos escenarios de guerra en la chepa… con tanta vida detrás, no debería ponerse así. Yo mismo recuerdo que, hasta hace bien poco, uno de mis manuscritos, recién alumbrados, eran para mí poco menos que un tesoro… cosa santa, vamos. También recuerdo que tomé un berrinche parecido a los que usted alude en el artículo, cuando, al dedicarle uno de mis manuscritos a una amiga, ésta lo tuvo en su casa durante meses sin leerlo. Aquello me causó un estupor del que tardé en recuperarme.
Ahora, me he dado cuenta de que mis escritos no son tan importantes. En ellos he puesto mucho amor, mucho trabajo, horas en vela, esfuerzo, me he dejado un poco de vida, un poco de salud, un poco de juventud… pero no, no son importantes. Creo que el verdadero artista nace de la humildad, y que alcanzar esa humildad es un proceso difícil.
Pero si le decía que usted vive en otro mundo es, sencillamente, porque me gustaría que recordara aquella primera vez en la que siendo mucho más joven terminó una de sus obras, y se pregunte, con la honestidad que le caracteriza, si de verdad no le ayudó nadie, si de verdad nadie le dio un consejo, una indicación, un poco de aliento… ¿Nadie le tendió la mano?
Quizá la cuestión de fondo de su artículo no resida en que los autores noveles se sientan despechados porque usted no los atiende, quizá la cuestión de fondo sea preguntarse por qué tantos de ellos le piden ayuda. Y, ¿sabe lo que es peor de ser un escritor novel en este país ingrato donde vivimos?
Que la mayoría de los noveles son rechazados sin que nadie los haya leído nunca.

Un abrazo.
Sergio G.Ros.